

En una entrevista brindada, Ángel Di María confirmó que, aunque tenía todo listo para regresar, él fue quien tomó la decisión de no hacerlo “después de lo que pasó en la primera amenaza”, en el country Funes Hills, en la zona de Miraflores, donde viven sus padres y donde él, su mujer y sus hijas residen cada vez que regresan al país.
Pero esa no fue la única amenaza que recibió el campeón del mundo ya que, ese mismo 25 de marzo le enviaron a su hermana y a su cuñado, “una caja con una cabeza de chancho y una bala en la cabeza en la frente” con una nota en la que se podía leer: “Si volvés, la próxima (cabeza) que recibas es la de tu hija. No vengas. Hacé caso, nosotros no tiramos papelitos. Tiramos tiros y muertos. Ni Pullaro te zafa. Pullaro-Bullrich: levanten el circo y vayansé HDP”.
Por otro lado y lamentándose por no poder regresar porque, de acuerdo a sus palabras, era el “momento justo para hacerlo”, Angelito reconoció que era algo que “deseaba mucho”, pero que “las amenazas sobrepasaron todos los límites”. Y cerró: “No pude hacer que ellas (por su mujer y sus hijas) cumplan el sueño de volver. No podía con mi cabeza, saber que estoy entrenando y mis hijas en la escuela o mi mujer en un súper sola. Es muy fácil hablar de afuera y criticar sin saber. No queremos una vida con custodia, lo haríamos pero no es lo que queremos para vivir”.