

De esta manera, el teniente coronel Exequiel Poma; el mayor Eduardo Paván y el cabo primero Mario Ortega fueron señalados e imputados como los responsables de arrojarle cal viva a 35 soldados de la Brigada de Paracaidistas que se habían egresado el pasado 17 de mayo.
De acuerdo a lo señalado en el escrito, las víctimas fueron obligadas a arrodillarse frente a los instructores, que les arrojaron “cal viva y sidra provocándoles quemaduras externas e internas en la piel, mucosas, vías respiratorias y demás lesiones”.
Además de señalar que el baño que se dieron en el predio conocido como 'La Mezquita' empeoró su situación, también destacaron que el abuso de autoridad ejercida por parte de Paván, quien habría amenazado a los soldados indicando “de manera violenta y autoritaria” que no hablen de lo que había ocurrido, para no manchar el nombre del regimiento.