El plan platita y la desesperación electoralista del Gobierno pasó por el Congreso: media sanción para la reforma del Impuesto a las Ganancias

Con 135 votos a su favor (votaron el bloque del FdT, la izquierda, los libertarios, los federales, Provincias Unidas y los gobernadores de Santa Cruz y Neuquén, Claudio Vidal y Rolando Figueroa, respectivamente), 103 en contra (Juntos por el Cambio) y ninguna abstención, el oficialismo le hizo frente a los 103 en contra de JxC y envió al Senado el proyecto de la ley de reforma del Impuesto a las Ganancias.

Más allá de que el jefe del bloque del oficialismo, Germán Martínez, argumentó que no existían razones para que la oposición rechazara la suba del mínimo no imponible; desde JxC explicaron que la medida tendrá un impacto fiscal de 1 billón de pesos. “Si no es compensada con una reducción del gasto público, después terminan emitiendo dinero y entonces, lo que se da con una mano, se lo sacan con la otra a través de la inflación”, expuso Alejandro Cacace, del bloque Evolución.

De esta manera, se eliminará la cuarta categoría del mismo y creando un nuevo régimen de Mayores Ingresos para quienes cobran más de 15 salarios mínimos ($1.770.000, en la actualidad). Entre los puntos más destacados del proyecto se destaca mantener el sistema de alícuotas progresivas, pero iniciando el 27% y llegando al 35%; como así también se resalta que los empleados en relación de dependencia, jubilados y pensionados de las provincias de La Pampa, Río Negro, Chubut, Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego y el partido bonaerense de Patagones, gozarán de un trato especial.

Luego de conseguir que el proyecto sea enviado al Senado (se espera que se apruebe antes del 22 de octubre), Sergio Massa se mostró satisfecho y expresó: “Dimos un gran paso para eliminar el Impuesto a las Ganancias para siempre. Es una satisfacción porque hace 11 años que vengo planteando que este no es un impuesto razonable porque el pago del salario es por una tarea que realiza el trabajador”.