

Acompañado por su equipo y vestido de su habitual traje negro y corbata roja, Trump se entregó en una cárcel del condado de Fulton (Atlanta), donde después haber sido fichado para el prontuario carcelario, fue liberado al pagar una fianza de 200.000 dólares.
Más allá de no cumplir con su pena en prisión, Trump (fue condenado el 15 de agosto por un gran jurado en Atlanta) se convirtió en el primer ex presidente de Estados Unidos en ser fichado y encarcelado.
Ya en el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson, el ex mandatario habló con los medios y afirmó que era “un día muy triste para el país” ya que se trató de “una interna electoral”. Y subrayó: “No hicimos nada malo, en absoluto. Todos lo saben y tenemos todo el derecho a impugnar una elección que creemos deshonesta. Así que creemos que esto es algo muy deshonesto”.