¡Novak Djokovic, el Dios del tenis de todos los tiempos! ¡El universo le tenía guardado este premio!

En las míticas canchas de polvo de ladrillo de Roland Garros, Novak Djokovic se quedó con uno de los títulos más importantes del tenis de alta competencia al vencer en la final a Casper Ruud por 7-6 (1), 6-3 y 7-5 y alcanzó los 23 títulos de Grand Slam superando a Rafa Nadal (22) y a Roger Federer (20).

Además de marcar un nuevo récord en la historia del tenis mundial, Djokovic recuperó el primer lugar en el ranking de la ATP y se convirtió en el primer tenista con al menos un triplete en todos los torneos grandes después de haber ganado 10 veces el Abierto de Australia, 7 en Wimbledon, 3 en el US Open y, con el reciente torneo conseguido, también suma 3 en suelo francés.

Vale destacar que mientras duró la pandemia de Coronavirus, el serbio fue perdiendo competencia y ritmo debido a su decisión de no vacunarse, por lo que las autoridades no le permitieron disputar ediciones del Abierto de Australia y del Abierto de Estados Unidos.

Además de la cantidad de torneos de Grand Slam que no lo dejaron jugar, estuvo preso en Australia y fue muy criticado a lo largo y ancho del mundo a través de los medios y por mucha gente que no entendía su postura de no vacunarse contra el COVID-19 y no confiar en las vacunas. El tiempo le fue dando la razón y después de que pasó la pandemia pudo volver a jugar, consagrándose como el mayor ganador de la historia de los Grand Slam. ¿Qué hubiese pasado si la agenda del 2030 le hubiese permitido jugar el resto de los Grand Slam? Seguramente no hubiese ganado todos, pero sí hubiese ganado más de uno y a los 36 años sigue demostrando el nivel mental, físico y tenístico que tiene.

Hasta no hace mucho tiempo atrás, todo el mundo estaba convencido de que Roger Federer era el mejor de la historia; luego de eso, comenzó a disputárselo Nadal; sin embargo, no muchos preveían que en el transcurso del tiempo el que podía quedar como primero en todo era Djokovick. Más allá del carisma y del marketing que cada uno pueda tener, las estadísticas no mienten y no son un problema de interpretación, sino que son resultado puro.