

En un "Lusail Iconic Stadium" en el que predominaron las camisetas celestes y blancas, Argentina salió al campo de juego con un objetivo muy claro: Arrancar su periplo mundialista con el pie derecho ante un seleccionado saudí que, a priori, sería el más accesible del Grupo C.
Ante esto, los de Lionel Scaloni dieron el presente rápidamente en el partido cuando, allá por los 7 minutos y luego de un penal cobrado a instancias del VAR, Leo Messi rompió el cero en el marcador e hizo vibrar a toda una Nación. Después del 1-0 y pese a ser superior, Argentina marcó tres goles más, pero todos fueron anulados por off-side (a través del VAR), dejando con chances a su rival que, por momentos, lo terminó complicando más de lo esperado.
El inicio del segundo tiempo fue de total desconcierto para los sudamericanos porque, como consecuencia de una mala salida de Messi en la mitad de la cancha y también una falla en el fondo por parte de Cristian Romero, a los 3 minutos llegó el descuento de los iraníes en los pies de Al-Shehri y a los 8, Al Dawsari superó al "Dibu" Martínez para convertir el 2-1 definitivo.
Pese a las modificaciones introducidas por el entrenador argentino, el equipo no pudo salir de la conmoción que le generaron los dos tantos consecutivos y más allá de los intentos, tampoco logró quebrar una defensa rival muy bien cerrada.
Vale destacar que con esta caída, el Seleccionado perdió su invicto después de tres años (la última derrota había sido ante Brasil, en la Copa América del 2019).
Con una derrota que no estaba en los planes, Argentina deberá ganarle a México el sábado 26 a las 16 y también apropiarse del triunfo frente a Polonia, el miércoles 30 desde las 16.