

“Este Ministerio Público fiscal tiene por acreditado que entre los años 2003 y 2015 funcionó en el seno del Estado una asociación ilícita de características singulares. Se trató de una asociación ilícita piramidal que tuvo en su cúspide a quienes fueron jefes de Estado y de la que participaron diversos funcionarios públicos que en paralelo al plano legal, pero valiéndose de sus competencias, prestaron los aportes necesarios”, comenzó diciendo Luciani en el juicio que contó con la presencia de Cristina a través de ZOOM.
Y continúo: “Al asumir Néstor Kirchner la presidencia de la Nación y luego su esposa, Cristina Fernández, instalaron y mantuvieron en el seno de la administración nacional y provincial de Santa Cruz una de las matrices de corrupción más extraordinarias que lamentable y tristemente se hayan desarrollado en el país”.
Además de leer los alegatos, Luciani mostró pruebas que hasta el momento no se conocían. Entre ellas, mensajes de Whatsapp del celular de José López, ex secretario de Obras Públicas, en los que Cristina Fernández de Kirchner le ordenó -días antes de dejar el Gobierno- que se le pagase a Lázaro Báez todo lo que se le adeudaba por las obras públicas en Santa Cruz.
Aunque Cristina no vaya presa (por los fueros y por su edad), tendrá una condena que significará mucho -simbólicamente- para la Argentina, porque no solamente condenarán a una ex presidenta (y vicepresidenta en ejercicio), sino que se comprobará que junto con Néstor Kirchner y otros, conformaron la mayor matriz de corrupción de la historia de nuestro país, en el ámbito político. Por tanto y pensando hacia el futuro, ya no será un "siga, siga, total no pasa nada", sino que más de uno lo pensará no sólo dos, sino hasta tres veces antes de apropiarse de algo que no le corresponda.