

El juez Rappa, quien hace varios días indagó a Alperovich luego de tres pedidos realizados por los fiscales Santiago Vismara y Mariela Labozzetta, aseguró que los hechos se dieron en un marco de “abuso de poder y autoridad”.
Por su parte, el magistrado advirtió que hay pruebas para considerar que “por las circunstancias y el tiempo de duración”, la víctima sufrió un “sometimiento sexual ultrajante”. A su vez, consideró que lo ocurrido debe evaluarse bajo la “perspectiva de género”.
En su resolución, Rappa comentó que la afectada “estaba inmersa en un contexto de abuso sexual, intrafamiliar y de acoso laboral por razones de género por parte del imputado quien, valiéndose de la posición de poder que ostentaba, violentó la integridad sexual de la denunciante en al menos nueve oportunidades, causándole un detrimento físico y psíquico”.
En 2019, su sobrina y ex colaboradora, presentó la denuncia por presunto abuso sexual ocurrido en el año 2017. Teniendo en cuenta que la víctima denunció que los mismos ocurrieron en CABA y en Tucumán, la causa se tramitó en dos jurisdicciones distintas: en el fuero criminal y correccional de la Ciudad y en la justicia tucumana.