

“A mí me gustaría ser presidenta de la Nación, pero no estoy desesperada”, afirmó Vidal; mientras que aseguró que la “decisión de serlo es muy personal” ya que “implica un cambio de vida y pagar costos muy altos”.
La Diputada Nacional por Juntos por el Cambio se refirió a las figuras de la coalición que comienzan a sonar para ser candidatos y manifestó que “tiene que ser aquel que pueda ganarle al kirchnerismo”. Y agregó: “Puede ser Horacio (Rodríguez Larreta), Gerardo Morales, Patricia (Bullrich), Mauricio (Macri), si se quieren presentar. O también puedo ser yo”.
La sociedad va observando como todos los candidatos sueñan con ser presidentes, como si fuese la última finalidad de la vida humana. ¿Por qué tanto alboroto por serlo? Porque a partir de ahí, se hacen y deshacen un montón de cosas con tal de justificar lo que dicta el marketing para candidatearse y ser un precandidato/ta a presidente. En realidad, debería llegar la persona que esté preparada en todo sentido de la palabra, no solamente para manejarse por una cuestión de ambición, de deseo o de narcisismo; porque uno observa que todos los políticos mueren por alcanzar ese lugar, al sillón de Rivadavia.
Y sino, miren a Alberto Fernández, que aceptó el ofrecimiento de Cristina Fernández de Kirchner (porque sino ella perdía) para que él limpiara el camino judicial lleno de espinas de la propia familia Kirchner. ¿Y cómo le está yendo a Alberto?
Lo cierto es que todos se anotan en la carrera presidencial 2023, pero la puerta es chica y puede pasar solamente uno… Entonces, varios van a chocar contra el marco.