

Palermo, Recoleta, Belgrano, Núñez, Villa del Parque, San Fernando, San Isidro, Tigre, Adrogué, Quilmes, Saavedra, Villa Urquiza, Flores, La Matanza, Colegiales, Martínez, Devoto, Munro, Olivos, Don Torcuato, Villa Pueyrredón, Villa Adelina, Cañitas, San Andrés de Giles, Tres de Febrero, Lomas de Zamora, Banfield, Avellaneda, Parque Chas, Villa Ortúzar, Caballito, Coghlan, Almagro, Floresta, Barracas, San Martín, Vicente López, General Rodríguez, Agronomía, Versalles, Villa Santa Rita, Morón, Pilar, entre otros, son muchos de los barrios de la Provincia de Buenos Aires, del Conurbano y algunas otras localidades que se quedaron sin suministro eléctrico durante más de 3 horas.
En este sentido y según los datos arrojados por el portal del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) -que, vale decir, se cayó en reiteradas ocasiones durante la tarde-, EDENOR registró un total de 149.432 usuarios (domicilios) sin luz, mientras que EDESUR, alcanzó la cifra de 53.807.
Asimismo, desde el Gobierno elevaron los motivos por los cuales se presentó el apagón masivo y sostuvieron que hubo "una serie de desperfectos técnicos encadenados que desengancharon estaciones transformadoras y afectaron a máquinas en las generadoras de energía". A su vez, agregaron que "el problema se habría originado en San Martín". Y completaron: "La normalización del servicio está siendo de manera escalonada y, por tanto, irá regresando todo de forma progresiva y durante las próximas dos horas".
Por último, está claro que estamos frente a un Gobierno al que sólo le importa seguir presionando tributariamente a quienes generan riqueza -como las pymes, el campo, la industria-, asegurarse los recursos que necesitan para mantenerse en el poder y que, claro está, no tiene gestión. En pocos días y ante semejante ola de calor, no han podido hacer nada; siempre les pasa algo y tienen excusas para cualquier tema.
Sin embargo, es un hecho que todo tiene que ver con los controles. Por esto vivimos en una crisis constante, porque en lugar de arreglar las cosas y reconocer cuando algo falla, se ponen por delante las excusas. El accidente llega por no tener lo suficiente o por no tener las alternativas necesarias inmediatas para resolverlo; hay falta de inversión, de controles y de confianza ante gobernantes que generan total desconfianza. Moraleja: ¿estamos en presencia del Gobierno más oscuro de la historia?