En el Salón Dorado de la Casa de Gobierno y acompañado por la vicegobernadora, Verónica Magario, Kicillof afirmó que “la soberanía no solo se pone en riesgo ante cañones y ejércitos, sino también como consecuencia de las relaciones económicas que surgen de la sumisión política”. Y añadió: “Somos una provincia productiva, que no acepta que se negocie con miedo y de rodillas”.
Continuando por esa línea, el gobernador subrayó: “La batalla de la Vuelta de Obligado nos trae muchas enseñanzas para comprender el presente. Entre ellas, que cuando un país tiene que negociar no importa qué líder o país te cae simpático: lo único que hay que hacer es defender el trabajo, la producción y el interés nacional”.
Por otro lado, Kicillof aprovechó la oportunidad para volver a criticar a la gestión de Javier Milei por el acuerdo comercial firmado con Estados Unidos “del que todavía no conocer la letra chica”; señalando que “el único parámetro para evaluar un acuerdo o una política es si beneficia o no a las grandes mayorías, a los que trabajan y producen: basta con recorrer la provincia de Buenos Aires para entender que no hay ningún sector que esté mejorando sus condiciones a partir del programa económico del Gobierno Nacional”.