

Todo comenzó en las primeras horas del jueves, cuando los integrantes de la tripulación detectaron fallas en el motor número 1 provocando un fogonazo, por lo que abortaron la carrera de despegue y regresaron a la posición de embarque utilizando el segundo motor.
De manera inmediata, los pasajeros fueron advertidos de la situación que estaba pasando y comenzaron a desembarcar de la aeronave sin la necesidad de activar protocolos de emergencia.
A raíz de todo esto, el aeropuerto debió cerrar temporalmente para inspeccionar la pista y asegurarse de que no quedaran restos del motor y luego de cuatro horas, no solo que se volvió a la normalidad, sino que el vuelo que tenía como destino Aeroparque, pudo ser reprogramado para las 11.30 del mismo jueves.
Por su parte, desde Aerolíneas Argentina señalaron que el incidente se manejó de acuerdo con “los estándares internacionales de seguridad operacional” e informaron que la causa exacta del incidente “será investigada por el fabricante y técnicos especializados”.