¿Opereta o verdad consecuencia? Mientras Espert rompe el silencio y lo niega, Bullrich dice que no se puede “aceptar personas vinculadas al narcotráfico”. ¿Y en La Cámpora cómo andamos?

“La causa es de 2021 y hablan de la campaña en 2019. Está compuesta por recortes de diarios que eran una campaña de difamación. En 2021, me veían como amenaza. Me ensucian el terreno relacionándome con lo hecho en 2019. Hace cuatro años que dan vuelta la causa”, comenzó diciendo Espert sobre la cuestión.

Aunque confesó que conoció a Machado en 2018 cuando estaba lanzando su libro y que este le ofreció su avión para ir a presentarlo a Viedma (Río Negro), afirmó que tanto la camioneta blindada Gran Cherokee como el avión que aparecieron durante su campaña fueron proveídos por UNITE, el sello partidario por el cual compitió y no por Machado, como fue denunciado.

Asimismo y en medio de todo tipo de rumores, el dirigente aseguró que “de ninguna manera” pensó en bajarse de la campaña de cara a las elecciones de octubre y subrayó: “Me siento más fuerte que nunca. No hubiera aceptado dar un paso al costado porque sería darle el gusto a los tipos que quieren que el país siga siendo una villa miseria para que ellos puedan vivir de la dádiva que les dan a los pobres que terminan generado ellos”.

Pese a que desde Nación evitan hablar del tema, la que sí se pronunció fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich quien expresó que “es importante aclarar la situación de Espert” porque no pueden “aceptar conductas de personas que hayan recibido plata del narco”.

Hay más de un episodio en la historia política criolla nacional vinculante al narcotráfico. Uno de esos momentos fue cuando la monja Marta Pelloni declaró que La Cámpora era el brazo vinculado al narcotráfico del kirchnerismo, es decir de Néstor Kirchner, de Cristina Fernández de Kirchner y de Máximo Kirchner.