

En su declaración, que tuvo lugar el pasado viernes en la Justicia Federal, uno de los dueños de los laboratorios HLB Pharma y Ramallo, le dijo al juez Kreplak que “a esa bacteria alguien la metió” y responsabilizó a su ex socio Andrés Quinteros, a quién pidió que lo investiguen.
Más allá de reconocer que pudo haber habido “cosas con las planillas”, García Furfano comentó que “todos los años se hace limpieza” y que las “máquinas están impecables” y en perfecto estado, ya que son nuevas.
Es preciso señalar que mientras la Justicia determina su responsabilidad en el hecho, que ya le costó la vida a 96 personas, García Furfano podría ser condenado a una pena de entre 10 a 25 años de prisión “si, como consecuencia de envenenamiento, adulteración o falsificación de aguas potables o sustancias alimenticias o medicinales, resulta la muerte de una persona”.