

Después de cinco días de protesta frente a la Casa de Gobierno y vencido el plazo que se les había brindado para que abandonen el lugar por su cuenta, el fiscal Vignaroli firmó la orden para desalojar al grupo mapuche que provocaba “perjuicio a la paz social”.
El operativo, del que formaron parte agentes de la Policía Metropolitana, la policía motorizada, bombardeos y ambulancias; se produjo en un ámbito de tensión ya que los manifestantes se negaron a irse por lo que las autoridades policiales debieron utilizar la fuerza y 17 personas fueron detenidas (11 hombres y 6 mujeres) y trasladadas a la Comisaría 2° y a la Comisaría 17°, respectivamente.
Luego de lo ocurrido, desde la Conferencia Mapuche de Neuquén repudiaron el hecho y reclamaron “no usar la ley para reprimir, sino usarla para llevar justicia a una sociedad desigual”.