

Se trata del Sanatorio Ramón Cereijo, ubicado en la zona de Lavalle 1686, en pleno centro porteño. Allí, fueron encontrados 7 cadáveres sin las condiciones de mantenimiento necesarias debido a desperfectos en las cámaras refrigeradoras. Asimismo, se verificó que el establecimiento funcionaba incluso teniendo vigente una clausura impuesta por la Dirección General de Fiscalización y Control (DGFyC) con fecha del 21 de septiembre de 2021.
Fue así como Hernán Biglino, persona a cargo interinamente de la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (Ufema), llevó adelante una inspección en dicho lugar, por denuncias efectuadas por los vecinos tras percibirse olores nauseabundos.
La misma fue desarrollada por el Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal y la División de Delitos contra la Salud de la Policía de la Ciudad; además, se contó con la participación de inspectores de la Dirección General de Fiscalización y Control, de la Dirección General de Control Ambiental (Dgconta) y del personal del Ministerio de Salud.
Vale resaltar que se confirmó que todas las muertes se dieron por causas naturales; al mismo tiempo que se constató que el fallecimiento más antiguo fue hace más de un mes atrás. Claro está, a partir de lo acontecido, se llevó a cabo el traslado de los cuerpos a la morgue judicial y a otros establecimientos privados.
Por último, es importante resaltar que se dispuso del cese de la actividad del sanatorio, hasta que se cumpla con la intimación de reubicación a otro edificio que se encuentre en condiciones, con el debido informe a los familiares y al Juzgado interviniente en la causa -PCyF 27, a cargo de la doctora Carolina de Paoli-.