Como puntos destacados de la dinámica de precios en julio aparecen factores estacionales (vacaciones escolares y aguinaldo), algunas subas en precios regulados (combustibles y servicios públicos) y una serie de eventos que incrementaron la incertidumbre y golpearon la demanda de pesos: el fallo negativo por la causa YPF, la aprobación en el Congreso de un paquete de reformas que compromete el equilibrio fiscal y la volatilidad cambiaria tras el vencimiento de las LeFis.
LA OPINIÓN DE NUESTROS EXPERTOS
Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, dijo que “la volatilidad cambiaria de julio no se trasladó a los precios, lo que permitió que el IPC volviera a estar por debajo del 2%”. Y agregó: “No obstante, hay que ser prudentes. La suba del tipo de cambio señala que está habiendo presiones a la depreciación del peso, y que no se corrigen se pueden empezar a notar en otros precios de la economía”.
Además agregó que “la demanda de pesos fue cayendo por motivos estacionales y por la suba en la incertidumbre, por lo que es lógico que para equilibrar el valor de la moneda haya que retirar parte de la oferta que hoy está circulando. El Gobierno tiene los instrumentos para hacerlo. Aunque tampoco se puede ignorar que cada señal que la dirigencia política da en contra del equilibrio fiscal y del proceso de reformas, como fueron los proyectos aprobados en el Congreso nacional hace unos días, golpea la credibilidad en el país y hace más difícil la tarea”.
Julián Orué, economista de la Fundación Libertad y Progreso, remarcó que “la extinción de las LeFis, generó ruido en el mercado cambiario y de tasas, reflejado en un tipo de cambio promedio mensual un 4,2% superior al del mes anterior. Sin embargo, el hecho de que este movimiento no se haya trasladado directamente a los precios refuerza la idea de que las expectativas se mantienen más ancladas, desacoplando en parte la dinámica de precios de la del tipo de cambio. Esta dinámica no debe ser ignorada, ya que en ambos casos subyace un mismo fenómeno: la depreciación del peso frente a otros bienes, explicada en este contexto por una caída en la demanda de dinero, tanto por factores estacionales como por un renovado clima de incertidumbre y volatilidad”.
Clara Alesina, economista de la Fundación Libertad y Progreso, señaló que “la aceleración de los precios se concentró en la primera semana del mes, cuando se aplican la mayoría de los ajustes de tarifas y servicios. En ese período, la inflación se ubicó apenas 0,2 puntos por debajo de la registrada en la misma semana del mes anterior. Luego, el ritmo de aumentos se moderó durante dos semanas, pero volvió a repuntar en la última. Si bien no hubo grandes variaciones en la base monetaria, la estacionalidad en la demanda de pesos y la latente incertidumbre local jugaron en contra. Es clave que el Gobierno recupere el orden monetario y reconstruya la confianza, para que el debate vuelva a centrarse en si la inflación logra perforar el 1,5% mensual, en lugar de preguntarse si alcanzará el 2%”.