En los últimos días, la polémica se ha instalado en la sociedad española y es que la conductora Ana Obregón sorprendió a todos al reconocer que Ana Sandra, la bebé con la que se la vio salir de un hospital de Miami, no es nada más ni nada menos que su nieta, la hija de su hijo fallecido, Alex.
Horas más tarde, fue la propia Ana quien le confesó a los medios españoles que la "última voluntad" de Alex era traer "un hijo al mundo" y que esta decisión (la cual fue tomada el mismo día del deceso de su primogénito), le permitió "vivir cada día".
Asimismo, la conductora aseguró que los tres años que llevó que fuese fructífera la gestación, de la que solo sabían sus hermanas y Alessandro Lequio, padre del fallecido, “no fueron fáciles" ya que "debieron intervenir médicos, abogados y agencias para que todo sea correcto y legal". Y agregó: "El embarazo no se produjo al primer intento, ni mucho menos; han sido varias veces y cada vez que no salía me llevaba un disgusto horrible. Ha sido una batalla, un largo camino, pero es lo que me ha mantenido con vida… Nunca me he rendido. He luchado a través del océano, con uñas y dientes, por tener un poquito de mi hijo aquí y así poder decirle algún día a mi niña, con todo el orgullo y gritarlo al mundo entero, que es la hija de un héroe".
Alex Lequio falleció el 13 de mayo de 2020 a los 27 años luego de haber luchado desde el 2018 contra un sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer que se forma en los huesos o en los tejidos blandos más cercanos.