El municipio de San Isidro, efectuó una investigación y descubrió que casi 100 propiedades ubicadas en Acassuso, Martínez y el Bajo San Isidro, poseen una deuda desde hace varios años en el pago del ABL, que ya llegó a los 400 millones de pesos.
Frente a este panorama, el organismo que dirige el intendente Gustavo Posse, se encargó de notificar a los domicilios morosos que, para el caso de que no regularicen la situación, se procederá a rematar las propiedades para recuperar los montos adeudados.
Lo cierto es que en su mayoría, se trata de mansiones que se encuentran vacías, puesto que "no pertenecen a familias sino a sociedades anónimas que las compran para lavar dinero", según resaltaron desde el Municipio.