Mientras la debilidad del euro, que esta semana se ubicó por debajo del dólar, sacude a la tasa de inflación, una de las medidas dispuestas por el Banco Central Europeo (BCE) consistirá en un incremento inicial de 25 puntos básicos, es decir, que la tasa de interés se iría a -0,25%.
Más allá de que algunos miembros del Consejo de Gobierno del BCE consideran que las soluciones que deben tomarse son mucho más drásticas y tendrían que ser similares a lo que viene aplicando la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, hay otros integrantes que apoyan “un primer paso proporcionado” para no alterar los mercados.
Conocidas las nuevas disposiciones, el economista del banco DWS, Ulrike Kastens, manifestó que la suba de tasas de 25 puntos básicos parece “una reacción vacilante dadas las altísimas tasas de inflación”, mientras que el economista de Commerzbank, Jörg Krämer, aseguró que un aumento de 50 puntos básicos ya “estaría justificado”.
La inflación interanual de junio fue del 8,6 (frente al 8,1% registrado en mayo), lo que supone el mayor encarecimiento de los precios en la región del euro de toda la serie histórica y más de cuatro veces la meta de estabilidad de precios del 2% del BCE.