Organizado por APPI (Asociación de Programas y Postgrados Inmobiliarios y de la Construcción) y la Sociedad Central de Arquitectos, con la coordinación de Myriam Heredia, Marcelo Satulovsky y la entidad Centro Urbano (Mx), el evento contó con tres paneles temáticos centrados en "Ciudad y territorio", "Vivienda y hábitat", y en "Innovación urbana".
Ciudad y territorio
El panel, moderado por Gervasio Ruiz de Gopegui (SCA, UB) contó con la presencia de Fabio Quetglas, director de la Maestría en Ciudades de la UBA; Sebastián Malleville, por la Secretaría de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Buenos Aires; Sara Lauría, de la Universidad del Litoral, ex directora de la Agencia Santa Fe Hábitat; y José María Silvestro, director de Investigación Urbana de la Universidad de Cuyo.
Con visión federal, Quetglas destacó la necesidad de repensar para el país un nuevo orden territorial, así como el papel allí del nivel nacional, dentro de un modelo federal que requiere construir acuerdos estratégicos de largo plazo. “Deberíamos poder impulsar un movimiento de 200 ciudades intermedias con alta calidad de vida que crezcan más que la media nacional. Pero quienes creemos que Argentina debe tener un modelo territorial más equilibrado, inclusivo y sostenible, primero debemos instalar el tema en la agenda: Si no reconocemos el problema, no podemos pensar las soluciones”, se dijo.
Coincidiendo en la necesidad de ubicar la cuestión territorial en el debate público, Silvestro señaló que “el territorio tiene siempre un componente local importante, pero la ciudad es a la vez local y global y esto suma complejidad”. Ante la nueva realidad urbana y dentro de marcos estables, destaca la importancia de fortalecer estructuras policéntricas y operar intervenciones urbanas estratégicas e integrales, recuperando la calle para la urbanidad. Cita al respecto, las acciones conjuntas de la Universidad con el sector público e instituciones sociales para el desarrollo metropolitano del Gran Mendoza.
Junto a los retos de la articulación metropolitana, en el caso de la Capital Federal la Secretaría de Desarrollo Urbano, hace foco también en la descentralización. En las grandes urbes, “hacer ciudad es equilibrar, construyendo vitalidad en zonas relegadas”, señaló Sebastián Malleville, y Buenos Aires lo opera sobre tres líneas de acción: la relocalización de dependencias públicas, la normativa como instrumento de redensificación y la política de distritos, con polígonos de promoción para actividades claves, a los que se suma la renovación del microcentro para dotarlo de vitalidad diversa y permanente.
Por su parte, desde el litoral, Lauría detalló la acción conjunta de la Universidad y el municipio en el marco del Programa de Ciudades Resilientes. Tras la reiteración de grandes inundaciones, y con amplia participación social, se construyó la estrategia de resiliencia para la ciudad pensada a treinta años, articulando un ecosistema de cincuenta iniciativas claves alineadas a la Nueva Agenda Urbana: “El desafío es crecer a partir de las crisis, anticipando riesgos y abordando los retos de equidad y sostenibilidad a partir de las capacidades de la comunidad, para construir ciudades resilientes y a escala humana”.
Vivienda y hábitat
Moderados por Mariela Schenone (APPI, UBA), integraron el panel Luciano Scatolini, secretario de Desarrollo Territorial de la Nación; Damián Tabakman, presidente de la Cámara de desarrolladores urbano y ADI-LatAm, entidad que reúne a las cámaras de la región; Raúl Cabral, consejero de Cooperativa Horizonte (Córdoba); Viviana Arcos, vicepresidenta de la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos; y Myriam Heredia, especialista en vivienda y hábitat.
Desde lo público, Scatolini repasó el menú de programas implementados por el Gobierno Nacional para atender los requerimientos de vivienda, suelo e infraestructura de diferentes regiones y grupos de población, y el apoyo a la planificación territorial de provincias y municipios. Destacó, a su vez que, “tras una historia errática en las políticas habitacionales, se necesita pensar a largo plazo, acordar una visión integral y criterios sostenidos” respecto al rol del Estado para la equidad socio territorial, y al crédito hipotecario para dar respuesta a los sectores con capacidad de pago.
La visión de largo plazo y la claridad en el propósito, toman cuerpo desde la economía social en los resultados que expone la Cooperativa Horizonte. “Los dueños son los asociados y 1.500 personas trabajamos para que esa voluntad se concrete”, señalan. Tras 40 años de trabajo, sin ningún tipo de subsidio externo y con programas flexibles de ahorro y financiamiento, la entidad lleva entregados 88 barrios y más de 17.000 viviendas, a las que prevé sumar 2.400 unidades en los próximos dos años. “La clave -destaca Cabral- radica en la seguridad, el compromiso mutuo, en la confianza”.
Desde el sector privado en tanto, Tabakman hace foco en la necesidad de incorporar las cuestiones de sustentabilidad, trabajar en el impacto social de los emprendimientos y sumar criterios de transparencia y buenas prácticas a la gestión empresarial. Mientras en Europa, destaca, el enfoque ESG se vuelve requisito desde las regulaciones, los inversores y el público, en nuestra región es una asignatura que es preciso integrar rápidamente en las instituciones, las empresas y en la formación profesional. “La sostenibilidad de la propia actividad depende ya de esto: el tiempo de empezar es ya”, concluye.
“La responsabilidad es contribuir considerando todas las dimensiones del hacer ciudad”, suma desde las organizaciones intermedias Viviana Arcos. Hablar de vivienda desde lo cuantitativo es solo una parte, “el foco es cómo las personas tienen acceso pleno al bienestar multidimensional considerando las diversidades individuales y regionales”. Faltan políticas macro, sobre todo en financiamiento; pero las mejoras del cómo vivir, subraya, parten de lo local, del intercambio, de gobiernos abiertos y alianzas en ámbitos estratégicos para pensar en términos integrales el desarrollo urbano.
Myriam Heredia señaló, por su parte, que “las políticas de hábitat deben ser sostenibles, y centradas en el desarrollo de capital social y la potencialidad de la comunidad; pero el déficit de 4 millones de viviendas, muestra que las respuestas de las últimas décadas son insuficientes”. Ante el reto de escala, velocidad y escasez de recursos, propone un programa de alquiler social que, a partir de un fideicomiso inicialmente público, active stock ocioso y disperso permitiendo ampliar la oferta, brindar acceso rápido, y construir capacidad crediticia para sectores con capacidad de pago, pero no de ahorro.
Innovación urbana
Moderados por Horacio Urbano (Mx), participaron Martha Alonso, presidenta de la Asociación de Mujeres Arquitectas e Ingenieras; Emiliano Espasandin, titular de UIO, Oficina de Innovación Urbana (Ohio) y Palo Arquitectura Urbana (Arg); Lucía Bellocchio, titular de Trend Smart Cities (Londres) y la Diplomatura en Smart Cities, IAE (Arg); y Néstor Kreimer, titular de Kuántica (Arg) y Criptokuántica (Madrid).
“Todos habitamos, pero de manera diferente; las personas no son una abstracción, tienen una inserción social diferenciada”, resaltó Martha Alonso. La ciudad moderna se estructuró en torno a lo productivo, con ciudadanos hombres integrados al trabajo y la mujer ajena a lo público, centrada en la familia. Frente a eso, el urbanismo feminista y el eco feminismo plantean el paradigma de una ciudad próxima y diversa, cuidadora y comunitaria; de territorios más justos, equilibrados, sostenibles. “Implica una urbanidad transversal a todas las diversidades, es inclusión en su más amplio espectro”, completó.
Espasandin repasó por su parte, algunos focos emergentes para la innovación urbana: “La aceleración de una realidad híbrida, y el cambio así en las formas de trabajar y relacionarnos, quebró la dependencia geográfica fortaleciendo terceros lugares, nuevas centralidades y ciudades intermedias”. Esto a la vez, cambia paradigmas en cuanto a la movilidad, infraestructura y el diseño del espacio público, para una ciudad sustentable e inteligente que use los datos para generar calidad de vida, justicia social y mitigar el impacto ambiental, en línea a los patrones de comportamiento de una sociedad que cambió.
“Las ciudades son en sí oportunidad; hoy eso viene de la mano de la transformación digital y de una nueva ciudadanía conectada, a la cual la ciudad debe dar respuestas nuevas", señaló en tanto Bellocchio. Allí emerge la idea de Smart Cities, localidades que se valen de la tecnología para mejorar la calidad de vida de las personas, promover riqueza y abordar los retos sociales y ambientales. “El foco no está ya en la tecnología en sí, o en la más reciente, sino la más inteligente para derivar en cambios capaces de generar impacto positivo”, involucrando activamente a todos los actores en el hacer ciudad.
En tal sentido, Kreimer afirma que estamos ante “un tiempo de libertad en comunidad y desintermediación masiva ordenada por la tecnología”. El soporte de blockchain, explica, nos habilita a una ciudadanía empoderada donde todos participan con una voz a la vez similar y diversa. Es una plataforma para construir consensos on-line, impactar la economía real generando riqueza desde lo local, o potenciar proyectos urbanos lejos de toda autoridad central. “Es la oportunidad para la libertad y la auto organización urbana, social y económica: un paradigma inédito, una nueva historia por escribir”.
Panel de cierre
Desde la coordinación del Capítulo Argentina, el Foro permitió repasar grandes retos pendientes en el país. Pero dio muestra a la vez, de las capacidades y experiencias de valor presentes en cada región y sector. Y así del potencial que podría activarse articulando, por ejemplo, la innovación tecnológica y de enfoques, con un sector privado tendiente a sumar criterios de impacto, o los programas públicos; con la asociatividad de Córdoba, o el abordaje estratégico e intersectorial de Mendoza y Santa Fe.
“Ni la gente, ni la naturaleza, comprenden de límites administrativos; desde esa óptica tenemos que trabajar, y estos foros son el camino para hacerlo juntos para una Latinoamérica mejor”, suma Myriam Heredia. Fortalecer el capital social, agregó, tejer redes es hoy una clave central en la región, para acelerar la implementación de la Nueva Agenda Urbana, tal como plantea el reto de la Cumbre.
El evento precisamente y este trayecto previo de Foros locales, son espacios para el intercambio de experiencia y estrechar lazos de cooperación, destaca el Arq. García Curiel, Coordinador General de la CIHLAC 2022, invitando a todos, a participar en agosto de la Cumbre Internacional del Hábitat de América Latina y el Caribe, en Guadalajara.
Por último, en representación de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, dando cierre al Foro el Dr. Hugo Isaak destacó la tendencia a la unificación. La tecnología y los datos hoy nos permiten avanzar juntos, interconectando ciudades inteligentes para crear sociedades fuertes basadas en el conocimiento y la unificación en la acción. Y concluyó: “Latinoamérica puede ser ejemplo en la creación de territorios sostenibles y sociedades inteligentes e interconectadas, capaces de resolver las disyuntivas de la vida cotidiana para generar calidad de vida en un sistema global enriquecedor y sostenible”.