En la actualidad, Argentina tiene menos empresas que en el 2008, pero hay un dato muy interesante si nos ponemos a comparar cuántas compañías cada 1.000 tienen el resto de los países cercanos y sin irnos a las potencias… Por ejemplo, Chile cuenta con 58 empresas cada 1.000 personas, Uruguay tiene 48, México 34 y Brasil 25. ¿Saben cuántas tiene nuestro país? Tan sólo 14.
La realidad es que en Argentina, ser empresario implica que vos tenés un socio que no elegís -el Estado-, que sólo participa de las ganancias, que se lleva el 60% de lo que vos ganas y que nunca forma parte de las pérdidas. Tenés un accionista, que no elegís, llamado Estado que no te ayuda en nada, sino que te pone palos en la rueda todo el tiempo con una burocracia infernal e insoportable. Contas con un asociado que, cuando sale a hablar en los medios, habla horrores de vos y te hace culpable de todos los males del país, inclusive de la pandemia. A la vez, dicho accionista mayoritario, se queda con el 50% del salario, es decir que no sólo le alcanza con ser tu socio sino que también lo es del empleado. Y además, hay un "socio de tu socio" que son los gremios, los cuales también se dedican a ponerte palos en la rueda, extorsionándote y amenazándote.
Ahora bien, ¿qué incentivos tienen los empresarios de querer invertir en Argentina? Sí cuando vos querés armar una nueva empresa para exportar y que le ingrese dinero al país, tenés que hacerlo en base a un dólar a $180 y cuando recibís los dólares de alguna venta al exterior, te lo pagan a $107, ¿qué estímulo tenés sí las únicas que sobreviven son aquellas que han aprovechado algún desajuste económico para poder trabajar en la informalidad?
En definitiva, viendo este panorama y con un Gobierno que en vez de ayudar, destruye a todo aquel que quiera invertir en el país y que no le interesa generar obras, es cada vez más difícil y complicado que Argentina pueda recuperar la productividad que ha sabido tener en años anteriores.