El alcalde la ciudad, Eduardo Paes, explicó que la decisión de dar de baja el carnaval se debió a la presión de los patrocinadores, que debían “desembolsar” 8 millones de dólares -40 millones de reales- para que el megaevento pudiese desarrollarse.
Antes de la suspensión, las comparsas callejeras estaban divididas por la participación en la fiesta popular debido a que varios integrantes y músicos ya se habían negado a desfilar en la conocida Banda de Ipanema -que arrastra dos millones de personas-.
Tras la negativa de Río de Janeiro de continuar con la festividad, las ciudades de Salvador (Bahía) y Fortaleza (Ceará) también han suspendido sus respectivos carnavales. Pese a esto, el que todavía sigue en pie es el evento internacional que se realiza en el Sambódromo Marqués de Sapucaí y que reúne a más de 70.000 espectadores.