“Yo no voy a cabrear (hacer enojar) a los franceses… Bueno a los no vacunados realmente quiero hacerlos enfadar y lo seguiré haciendo hasta el final, esa es la estrategia”, fueron las palabras de Macron que causaron conmoción no sólo en la oposición sino también en la sociedad.
Luego de los dichos del presidente francés, el diputado por Los Republicanos, Jean-Louis Thiériot, ha expresado a través de sus redes sociales que “cabrear” no puede ser parte del “vocabulario presidencial” y aclaró que la ley “permite, prohíbe u ordena, pero no cabrea”.
Ante esta situación, el Parlamento -que debía votar este martes-, decidió suspender, por segunda vez y debido a la negativa de una amplia parte de los diputados, que se negaron a continuar con la sesión, el proyecto de ley que limitaría el acceso al ocio a toda persona que no posea el esquema completo de vacunación.
La nueva medida que se debate y que fue vetada por el Parlamento contempla, además del pase de vacunación, un endurecimiento en los castigos en caso de documentación falsa relacionada con el estado de la inoculación. También deja asentado que, ante la falsificación de un documento o pasaporte COVID-19, el involucrado podría ser multado con hasta 75.000 euros o percibir una condena de cinco años de cárcel.