Quienes trabajaron con esfuerzo y tenacidad, y destinaron ahorros de esa labor a adquirir inmuebles, confiados en la solidez de esa inversión frente a la volatilidad de las colocaciones financieras, para al final de sus días destinar ese patrimonio a sus descendientes, recibieron estas noticias del posible gravamen a la herencia como un incentivo para desistir de invertir en propiedades por lo menos en Argentina, y colocar sus ahorros en el exterior entre otras posibilidades.
Cuando una persona compra o construye un inmueble como un bien tangible y seguro para resguardar su patrimonio, en el precio que paga ya están incluidos porcentajes considerables de impuestos. Si después decide alquilarlo, más impuestos y además anualmente el patrimonio neto según su valor. O sea que al momento de destinar esa propiedad a la herencia para su familia ya pagó con creces y repetidamente numerosos tributos. ¿Es razonable que la transmisión a sus herederos tengan que seguir pagando?
Con estas medidas se desalientan las inversiones y cada vez el mercado inmobiliario, al cual se lo persigue con mamarrachos como la ley de alquileres, la intervención ilegal del Estado en nuestros honorarios; la carencia de créditos se irá reduciendo lo que muestra la enorme recesión en la compra venta y el castigo a los inversores de clase media, convertidos en los malos de la película.
Por Santiago Debe (Titular de Debe Propiedades en Mendoza)