“El Estado chileno de Piñera (Sebastián), se ha apropiado de 5.500 km2 de plataforma territorial Argentina en el sur. No es una traición de Chile, porque ellos buscan lo que pretenden todos los estados, que es su interés personal. Lo que sucede es que los gobiernos son responsables de la defensa de sus territorios con elementos de disuasión, como son las Fuerzas Armadas, y no tenemos ese instrumento. Quienes han gobernado a los argentinos han humillado y han desarmado, durante décadas, a las mismas y Piñera, que es muy consciente de eso, se animó a marcarle la cancha a nuestro país”, fueron las primeras palabras de Kasanzew sobre el nuevo conflicto que atañe a la población local y a los chilenos.
Para luego proseguir: “Traidor es aquel que antes fue amigo y, lamentablemente, nunca hemos sido demasiado amigos con Chile. Hemos tenido conflictos limítrofes por espacios de más de un siglo. ¿A quién aceptábamos los argentinos para mediar en esos líos como árbitro? A la corona inglesa. Esto fue culpa, una vez más, de nuestros gobernantes”.
Haciendo foco en las Fuerzas Armadas y en la forma en que han actuado los gobiernos argentinos, fue claro: “La naturaleza no soporta el vacío y la naturaleza geopolítica tampoco. Si nosotros dejamos despoblada, desarmada y desprotegida a la Patagonia, tarde o temprano vendrán a quedarse con nuestros recursos naturales y también habrá un zarpazo a la Antártida. Quienes nos han dirigido, sistemáticamente, han humillado a las Fuerzas Armadas, reduciendo los presupuestos, muchas veces por razones ideológicas y otras por causas crematísticas para robar todo ese presupuesto y dedicarlo a cosas absolutamente absurdas como la ideología de género; han dejado desarmado al país”.
“Hay que entender que necesitamos de ellas no para ir a la guerra, sino como fuerza de disuasión”, fue el mensaje de Kasanzew para luego resaltar lo realizado por Alfonsín: “Cuando en el año 1985, el gobierno de Raúl Alfonsín le regaló a Chile tres islas en el Canal de Beagle envalentonó, una vez más, al pueblo vecino que, en el futuro, podría intentar, otra vez, tomar más territorio y eso es lo que está pasando en este momento. En aquella oportunidad, Alfonsín se basó en un referéndum que fue totalmente inducido. Se proclamó que era la alternativa entre la guerra y la paz, y eso no es cierto, ya que fue la alternativa entre la firmeza y la entrega. Ésta es la que no lleva a la guerra porque pone un freno a los apetitos de los demás”.
Recalcando la importancia de las Fuerzas Armadas para un país, el corresponsal de guerra retrató cómo es el tratamiento que tienen en Argentina: “En este momento, son una entidad protocolar, simbólica. No hay balas, no hay combustibles, no hay barcos, no hay buques para detener la depredación gigantesca del mar argentino. Se ha permitido la instalación de una base militar china en la Patagonia. ¿Cuál puede ser el mayor atentado para las soberanías que permitir una base extranjera militar en nuestro país? Se está hablando de avalar, en el futuro, otra sede con fines militares del dictador soviético Putin. Si los argentinos no entendemos que esto es en serio, que las Fuerzas Armadas no son necesarias hasta que sí lo son, que la diplomacia sin Fuerza Armada es pura cháchara; nos la vamos a ver muy mal”.
“La diplomacia solo sirve cuando detrás tenés un ejército fuerte, para que puedas decir: ‘no te metas conmigo, mirá lo tengo atrás’. Y nosotros no tenemos nada atrás porque nuestra protección es un plan de esos que tiene Argentina en millones de habitantes. Hay dinero únicamente para pagar los sueldos. Eso es una invitación a la guerra. Tenemos que ser conscientes y hacer algo”, cerró haciendo hincapié en los planes tan característicos del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández.