Ya a principios de año, y como para defender el cierre de exportaciones de maíz y su incidencia en el precio de la carne vacuna y aviar, dijo que la carne valía aquí igual que en Alemania. Esto es mentira: el cuadril en Alemania sale entre 30 y 40 Euros/kg, algo así como entre 5610 y 7480 $/kg, y el lomo entre 50 y 70 Euros/kg, o sea entre 9350 y 13090 $/kg.
Que el presidente diga que se va a encargar personalmente, después de escuchar declaraciones como la de la Secretaria de Comercio Interior, Paula Español, me llevaron a pensar que seguirán intentando lo mismo de siempre y que lograrán el mismo resultado y contrario al que ellos dicen querer (¿Será el contrario?).
Lo mismo pasa con la carne bovina, el mismo rodeo de la década del 70 con el doble de habitantes y que explican por qué consumimos la mitad que entonces y mes a mes cada vez menos en una política que lleva décadas creyendo que se trata de un bien social y que los ganaderos somos organizaciones de beneficencia y que por consiguiente tenemos que fundirnos trabajando, explicando la desaparición de 68000 productores ganaderos entre 2002 y 2016.
La participación del trigo en el precio del pan es del 13% y los impuestos del 22% según la Fundación Argentina para el Desarrollo Agropecuario (FADA), mientras que en la carne, los novillos, que mínimo necesitan 3 años para llegar a faena, tienen una incidencia del 57% y rápidamente adquieren un 28% de impuestos sobre el valor de la carne al mostrador.
Si quieren que los alimentos bajen saquen los impuestos, y si quieren que lleguen a los que lo necesitan dejen de subsidiar a todos y todas y que les llegue directamente a ellos y no a través de subsidios, compensaciones y fideicomisos a los más ricos de la Argentina, como lo son las grandes cadenas de supermercados y la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA).
Resumiendo el aumento de los DEX y el cierre de exportaciones no abaratará los alimentos pero si disminuirá la producción de productos agropecuarios y la consecuencia de esto será menor ingreso de divisas, menor actividad comercial, industrial y del transporte, menos productores, disminución de la ocupación laboral, más capacidad ociosa, menor recaudación tributaria, más necesidad de asistencialismo y un país y sus ciudadanos cada vez más pobres.
Por Silvio Montenegro (productor agropecuario y ganadero, e ingeniero agronomo)