Ese anuncio que dejaron trascender fuentes de la Gobernación contradijo las afirmaciones que había hecho ayer por la mañana la propia ministra de Gobierno provincial, María Teresa García, ratificando y defendiendo la necesidad de esas medidas de control. "Uno no quiere ponerse en sancionador de las conductas personales, pero si el Estado provincial no hubiera ejercido el control sobre los accesos, seguramente la opinión de sectores de la oposición y de la propia ciudadanía hubiera sido '¿Dónde está el Gobierno que no está controlando este desbande?'”, habia delarado en un medio radial.
García había insistido en la necesidad de mantener esas medidas, rechazando las molestias que el tema provocó a miles de personas, a las que se les tomaba la temperatura antes de ingresar a la provincia, lo que derivaba en largas esperas. La medida, supuestamente para prevenir contagios de COVID-19, hizo que hasta hubiera denuncias contra Kicillof, y su ministro de Seguridad, Sergio Berni, por "abuso de autoridad".
Anoche, a última hora, se indicó que el gobierno bonaerense había decidido no realizar esos controles en forma exhaustiva, sobre todo el de la temperatura de los automovilistas que obligaba al control de cada vehículo durante algunos minutos, en una situación que al extenderse dejó postales como la de la autopista Panamericana con filas de autos detenidos que superaban los 10' kilómetros.
El ex diputado y funcionario K Julio Bárbaro, que quedó en medio de esos atascos, llegó a decir en un video que esas medidas de control "eran el sueño del gobernador Axel Kicillof de convertirnos en esclavos".