EXTERIOR | 26 FEB 2021

¿Y todavía lo llaman teorías conspirativas?

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, criticó que algunos gobiernos usan la pandemia “como excusa para suspender procesos electorales y como pretexto para reprimir, abolir libertades y silenciar voces disonantes”, y se enojó sobre el proceso de vacunación mundial.




La Organización de las Naciones Unidas inauguró la 46º sesión del Consejo de Derechos Humanos, y su secretario general dio que hablar con sus declaraciones. “Utilizando la pandemia como pretexto, las autoridades de algunos países han adoptado severas medidas de seguridad y de emergencia para reprimir las voces disidentes, abolir las libertades mas fundamentales y obstaculizar el trabajo de las ONG”, alertó.

En ese sentido, el directivo añadió que “algunos países han desplegado fuertes respuestas de seguridad y medidas de emergencia para aplastar la disidencia, silenciar la información independiente, subvertir procesos electorales, debilitar voces de la oposición y suprimir a los críticos”.

Sin dejar pasar por alto dichas palabras, queda claro que muchos integrantes de la rama politica utilizaron como excusa a la pandemia como una PLANdemia, una verdadera estrategia para aislar a las personas, empobrecerlas y dominarlas. Uno de los comentarios mas recientes (y contundentes) en Argentina que hace alusión al tema es el tweet del ex presidente Mauricio Macri, que dice: “Ante el comunicado de los observadores de OEA sobre el peligro de que se interrumpa el proceso electoral ecuatoriano, declaro mi respaldo a la democracia en ese país. Consolidar el sistema democrático es el único camino para la resolución de los problemas de nuestros pueblos”.

La ONU, que muchas veces fue y es sospechada de formar parte del globalismo, sin embargo, vaya a saber por qué, se vio obligada en este caso y en estos momentos a fines de febrero del 2021 a decir y hablar públicamente a nivel internacional sobre esta cuestión.

Ademas, en la misma sesión del Consejo de Derechos Humanos, Antonio Guterres juzgó la llegada de vacunas a los países, dado que “un 75 por ciento de las dosis se han administrado en sólo 10 países, mientras más de 130 naciones aún no han recibido ni una sola”. Y concluyó: “El igual acceso a las vacunas es una cuestión de derechos humanos, el ‘nacionalismo de las vacunas’ va contra él, y las dosis deben ser un bien de acceso público, accesible para todos”.