La nave USGC Stone zarpó desde Mississippi, Estados Unidos, el 22 de Diciembre en pos de iniciar la “Operación Cruz del Sur”, que consiste en combatir y perseguir la pesca ilegal no declarada y no reglamentada en el Atlantico Sur, principalmente de buques pesqueros chinos y coreanos. Dicha ruta marítima, programada por el gobierno de Donald Trump antes de que éste saliera del poder, atravesó las aguas de Guyana, Brasil, Uruguay y Portugal.
No obstante, dentro de la hoja de ruta estaba planificado “pasear” por el Mar Argentino y chequear posibles inconvenientes marítimos, aunque el gobierno de Alberto Fernandez le negó el acceso. Por más que el Estado norteamericano haya informado que la nave no pudo amarrar por “hallar desafíos logísticos en el Puerto de Mar del Plata”, la razon es más que obvia: la relación estratégica con el gobierno de China, que tiene luz verde para extraer ininterrumpidamente la ultima gran reserva de calamares que subsiste en esta parte del planeta.
La Guardia Costera de EEUU, por otra parte, informó sobre anomalías en algunos buques pesqueros en el limite entre Guyana y Republica Dominicana. El 6 de Enero interceptó 970 kilos de cocaína que eran transportados ilegalmente, a cuya barco “acompañaron” hasta el país norteamericano.
Luego del episodio, la Cancilleria Argentina le dijo a un medio web que “nuestra política fue no prohibirle el ingreso a nuestro mar, pero sin posibilidades de patrullaje; sin embargo, ellos venían con esa intención. Nunca estuvo presente esa posibilidad, pero igualmente convinimos una visita protocolar. Las relaciones entre nuestro país y Estados Unidos están bien, pero para nosotros el control de la soberanía es primordial”.